Una organización que tuvo su origen en los Caballeros de la Mano de Plata, pero que poco después se separaron en su mayor parte para dedicarse sin piedad a la erradicación de los no-muertos, sus mayores enemigos, cuyo propósito principal, fue la invasión de Lordaeron. A su vez los cruzados no solo mataban a dichos enemigos de la luz, sino que también se apoderaron de vidas de personas inocentes: "ante la duda, que la luz se apiade de ti, porque yo no lo haré".
 

La Cruzada Escarlata siempre ha estado dividida en varios capítulos distribuidos en sus respectivas zonas con sus respectivos Líderes. Tras la caída del capítulo de Nuevo Avalón a manos del Rey Exánime y la corrupción interna que sufrieron el capítulo de Stratholme y el de Embate Escarlata a manos de los señores del terror Balnnazar y Mal'ganis, surgió un nuevo capítulo que, gracias a la carismática figura del Padre Alfonsus, consiguió reunir a los miembros de la cruzada restantes, refugiados de Trabalomas y algunos ciudadanos de Ventormenta de toda raza y etnia que acudieron a la renovada Cruzada en busca de complacer los designios de la Luz. Liderados por el auto proclamado Alto Señor Kilroy, este nuevo capítulo que se hace llamar "Puños Carmesí" ahora marcha sobre Gilneas con la intención de arrebatar de las putrefactas garras de los Renegados, la ciudad que antaño perteneció a los aliados de Lordaeron, así como de defenderla de los demás aliados de la oscuridad.